miércoles, 3 de diciembre de 2008

Una parada en el tiempo




"Existe una cosa que, si se cultiva y practica
con regularidad, nos guía hacia una
intención espiritual profunda, hacia la
paz, la concienciación y la comprensión
clara, la visión y el conocimiento, hacia
una vida feliz aquí y ahora, la culminación
de la sabiduría y el despertar. ¿Y qué es
esa cosa? Es la consciencia centrada en el
propio cuerpo".
BUDA


Vivimos deprisa, no sabemos respirar y apenas encontramos el momento idóneo para vivir "el aquí y ahora", no sabemos como poner freno a los sonidos que rugen a nuestro alrededor, al ritmo frenético que nos rodea y buscar momentos para aprender a relajar la mente y el espíritu. Tenemos que intentar parar y aprender a respirar.

Recrearnos en las pequeñas cosas, sin pensar en cada instante: ¿qué he hecho hoy?, ¿dónde tengo que ir?...

Gracias a mi pareja, encontré ese lugar físico al que hemos ido tantas y tantas veces, para poder desconectar. Como lo diría él:"un lugar en la España profunda". Un lugar entre dos mundos, completamente distinto; en el cual vives con lo básico.

Es un sitio, que con el tiempo me ha ido conquistando. Los pueblitos de alrededor tienen su historia, hay un monasterio que es famoso porque en él estuvo Bequer. "El monasterio de Veruela". Frente a él una pequeña tienda de souvenirs tan encantadora como su nombre: El Gnomo.

Es tal la tranquilidad que se respira allí, que los días parecen más largos y el tiempo se para.

Y en esa pequeña y mágica urbanización a los pies de la montaña solamente estás tú y tus pensamientos. La tranquilidad de sus senderos con la vista incomparable de bosques vírgenes, por los que disfrutar y el susurro de la naturaleza, hacen sentirse lleno y en paz con uno mismo.



Todos necesitamos de estos sitios, necesitamos pararnos en el tiempo para poder oxigenar nuestra mente y reciclarnos.

Aunque muchas veces no sea posible desplazarnos a lugares tan maravillosos, tenemos un arma poderosa que es la mente. Busca un paréntesis, aventúrate a imaginar el lugar que te ayuda a evadirte de esta loca realidad y atrévete a parar en ese tiempo y lugar.

"Háblame de cosas encantadoras, de tesoros aún
por descubrir, de la paz que fluye como un río.
Cuéntame de lugares tranquilos que ninguna
mano haya deslucido, ninguna tormenta haya
marcado. Dame visiones sobre permanecer bajo
la luz del sol, o sobre sentir la neblina en mis
mejillas mientras me muevo y vivo y respiro...
Búscame un sitio bajo el sol, donde sentarme y
pensar y escuchar esa dulce voz interna que me
diga "Paz. Estate tranquilo".
JOYCE SEQUICHIE HIFLER (siglo xx)

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