jueves, 26 de febrero de 2009

Cicatrices




No sé que siento, si fiebre o un frío que hiela y aturulla todos mis sentidos, siento un cansancio en el corazón y veo como las lágrimas inundan esta tristeza que vuelve a mí, no puedo parar de llorar.

Más desanimada y más fea si cabe, son síntomas de mi desazón. ¿Cómo puede ser que de un momento, que creías sería para bien, para mejorar tu salud y lo único que surge es más mierda?.

Viejas heridas que hoy creía tener más o menos sanadas, porque una se va haciendo mayor y vas creciendo, intentando no perderte por el camino y no mirando atrás.

¡Dios sabe lo que me cuesta! y sólo siento tristeza en mi alma.

Me digo, no puedo más, ¿quién tirará de mí?, ¿cuándo pararé de llorar?.

¡Pero si creía tener todo controlado!, o quizás es que me he abandonado un poco a la corriente.

¡Qué bien me sentía!, vivía, sentía felicidad. Se que esto que digo es un poco caótico.

Puede que yo sea así, como siempre circunstancias de mi vida.

Todo comienza a causa de unos masajes,quien me mandaría a mí... Pero pienso que se nos ponen pruebas, se nos enfrenta con nuestras fobias para superar y superarnos a nosotros mismos, creo que puedo decir que doy fe de ello.

En fin que he estado con unas contracturas físicas por todo mi cuerpo y en sí son reflejo de años de contracturas emocionales, uno no elige lo que tiene en su entorno.

Me hizo una foto del iris y justo en el momento que me informó sobre el estudio de mi ojo. Ahí es cuando aparecen cicatrices y nuevas heridas.

No miento si digo que soy una aprensiva, pero después de relatarme: mi pésima circulación, posibles problemas en mi tiroides, posible estrechamiento intestinal, problemas en mis ovarios, carencia de vitamina B, mala alimentación y como no un sistema nervioso hecho puré, podéis imaginar la cara, las sensaciones, el ahogo. Pero eso sí me dijo que todo esto no era seguro y me recomendó que fuera al médico.

La hora iba pasando y sus masajes y conversación eran como pequeñas puñaladas en mi cuerpo y mente; mis lágrimas caían al suelo sin que ella me viera, pero esto no significa que no lo sintiera ya que mi cuerpo hablaba ¡tan dura como una piedra!. ¿cómo es posible que alguien que no te conoce, en tres días te diga cosas, que en mi caso golpearon todo mi ser?. Su empatía hacia mí era clara, quizás porque parte de su vida pudiera parecerse a la mía y en esa hora eterna volvieron a sangrar mis heridas.

Hoy me siento en un laberinto, angustiada porque no quiero morir en vida, no quiero perderme a mi misma, quiero ser consciente de todo lo que hay alrededor mío. ¡No quiero ser un zombi!.

¿Por qué no despierto? yo creía que había mejorado pero sigo sin ver parte de mí.

Eres una persona triste, aseguró. Tienes que quererte más, agradarte a ti misma, saber decir no.

Ser una prioridad en mi misma y no buscar la aprobación ni el cariño de nadie;el, la, los, las que me quieran tienen que hacerlo por como soy. Por lo que soy.

Me repetía: mírate al espejo y dí: "¡tú vales!, vas a ser una buena madre; ¿realmente quieres ser madre?, ¿estás segura? o ¿lo haces por los demás?, ¿por tu pareja quizás?".

Que tortura y eso que era un masaje y aquello acabó siendo un diván de análisis emocional, y no es que me moleste pero no me hizo sentir mejor ya que tuve que hacer una recesión a mi infancia, adolescencia, a todos los momentos que no quería sentir, a la angustia vivida.

Sé que no lo hizo a mal, sé que se sentía un poco espejo, sé que su intención era de ayudar y parte de esa ayuda es un libro que me ha dejado. "Usted puede sanar su vida" (Louise L.Hay), en su momento le ayudó a ella. La hora acabó con mis sollozos desesperados y un fuerte y cálido abrazo intentando infundir el valor y la fuerza suficiente.

No sé si seré capaz de sanar la mía, pero sé que quiero ser feliz, quiero sentirme viva y no sentirme asustada; y quiero poder perdonarme por lo que pudiera pasar, si no saliera y acabara ahogándome, muriendo en vida.

Lo voy a intentar, tengo que poder...


"USTED PUEDE SANAR SU VIDA" dice así:

Que esta ofrenda pueda servir para que cada uno encuentre
dentro de sí ese lugar donde conoce su propio valor, esa
parte que en todos nosotros es puro amor y aceptación de sí
mismo.

1 comentario:

Gorka dijo...

Cada hundimiento debe servir para analizarse a uno mismo y salir a flote pisando fuerte sobre el fondo.

Dicen que hay diferencia entre conocer el camino y andar el camino, y si no has podido llegar más allá por él, tal vez ese libro y las personas que te queremos (incluyéndote a ti misma) puedan darte sus opiniones para ayudarte.

De todas formas, sabes que siempre nos tendrás a esa bola de pelo que pisa siempre sobre tus pasos y a mí para sacudirte por los hombros cuando haga falta, y echarte una mano para levantarte a cada caída del camino.

Disfrutaremos tanto de tus alegrías como sufrimos por tus penas.

Besos.