martes, 28 de abril de 2009

¡ Por fin llegaste !




¡ Menuda sorpresa !, no te esperábamos hasta dentro de un mes, y no has podido aguantar, tenías ganas de venir y por fin estás aquí.

El mayor regalo que esperaban, llegó en forma de un pequeñín, Unax con lo mejor de tus progenitores, la ilusión te rodea, pues no hay nada más cálido que el amor de dos personas que desean un mismo regalo y ese eres tú.

Todos los lujos, todo lo mejor, qué suerte la tuya y la de ellos.

Por motivos que se desconocen el pequeño Unax ha llegado un mes antes, menudo susto pasaron cuando rompió aguas y por casualidades, menos mal que todo estaba ya preparado para su llegada.

Que felicidad, como ya dije en una ocasión las tardes de quedada serán algo diferentes, pero amenas eso sí; estaremos un poco limitadas porque antes solíamos irnos de vez en cuando con el coche a pasar el día de tiendas, comida y cafés con tertulias.

Pero no importa el caso es no perdernos a nosotras y ampliar el grupo, ¿ qué os parece?.

A mi me gusta la idea y además todo esto me beneficiará porque de esta manera tomaré nota de todas las vivencias de la amatxo Belén, amatxo Marije y de la futura amatxo Mari.

Y así veré crecer a los enanitos.

felicidades Marije y Agus por la llegada de vuestra herencia a este mundo, que todo os vaya a pedir de boca, no perdáis el ánimo por algún mal rato que paséis, también habrá buenos y divertidos momentos.

Ahora sois una familia ¡ Qué bonito !, yo también quiero...

Con mis mejores deseos, este cuento es para el pequeñín de la casa.



LA CAJITA DEL TESORO

Un día antes de Navidad el pequeño Unax salió a la calle a jugar con la nieve que había caído a la noche.Como todas sus amigas y amigos preferían quedarse en casa y sentarse frente al televisor para ver el programa de Navidad, Unax tubo que jugar completamente solo. Así que comenzó a hacer todo lo que se hace cuando uno juega solo en la nieve: construyó un muñeco de nieve y, tumbado sobre el blanco manto y moviendo los brazos, dibujó la figura de un ángel. Su madre acababa de llamarlo a comer cuando atrajo su atención algo que brillaba en la nieve. Era una cajita de oro con una llave metida en la cerradura. <<¿ La habrá perdido el niño Jesús ?>>, pensó Unax. <<¿ Qué tesoro habrá dentro?>>

Así que Unax giró la llave en la cerradura una vez, y una segunda vez... Pero quien quiera saber si de verdad la cajita era del niño Jesús y que tesoro se encontró Unax en ella, deberá tener algo de paciencia y esperar a que llegue la noche buena.

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