Nadie sabe de verdad lo que es un cuento de hadas hasta que no ha recuperado, ya en la edad adulta, esa sensación mágica que experimentó siendo niño, mientras leía relatos acerca de botas de siete leguas, enanos que buscan tesoros y hechiceras que habitan en casas de chocolate. Sostener, como ya lo hacen muchos, que este tipo de historias siempre nos acompaña, equivale a reconocer que buena parte de nuestra cultura está en deuda con Andersen y los hermanos Grimm.
Además de una enseñanza moral, en todo cuento acompaña la magia, tú decides que tipo.
Un mundo de fábula de princesas, guerreros y criaturas encantadas.
Varillas de hadas donde todo se transforma en piedra, vidrio y oro, para vivir su vida de misterio, ser una de sus bellezas y quedar fundido en ella con un deslumbramiento interminable.
He aquí un bello cuento cuya magia reside en el amor y donde tu imaginación quedará atrapada por un manto de estrellas, vive y sueña. Se feliz.
Erase una vez un universo oscuro, un universo negro y helado.
No se sabe por qué, dos estrellas se miraron y se enamoraron. Tan grande y hermoso fue su amor que dejaron de describir infalibles órbitas elípticas para dibujarse tiernos corazones entrelazados.
Se querían tanto..., pero la distancia era grande, y no podían acariciarse ni besarse. ¡Si por un solo instante pudieran estar juntas! Pero eso estaba prohibido en un universo oscuro, en un universo negro y helado.
Aun así no se resignaron a vivir separadas, alejadas por un denso y silencioso vacío; así que decidieron quebrantar la eterna ley del perfecto y ordenado universo. Con un cómplice guiño se salieron de sus órbitas convirtiéndose en dos estrellas fugaces, dirigiéndose a un mismo destino a la velocidad del deseo y el cariño
Tan solo querían besarse; sabían que ése sería su primer y último beso, pero a pesar de ello continuaron vertiginosas su sendero suicida..., hasta que se encontraron, fundiéndose en un luminoso y bello abrazo de amor y de muerte. Fue el precio que tuvieron que pagar por quererse en un universo oscuro, en un universo negro y helado.
Ellas fueron las primeras, pero si alguna noche de verano, mirando el cielo, ves una estrella fugaz, piensa que en algún lugar hay otra, que están enamoradas, y que aunque vivamos en un universo oscuro, en un universo negro y helado, lograrán encontrarse, se besarán por un instante nada más y desaparecerán entre destellos de amor y ternura.
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