miércoles, 23 de febrero de 2011

Un sábado de spa



Y por fin llegó el día deseado, valió la pena el madrugón, a contra reloj con las cosas de la peque y a la espera de que Guada llegara a la hora acordada.

Como un clavo, bártulos y sin olvidarnos de dejar a chocolate dentro de casa con su cuenquito de comida y agua, si; como siempre y como diría mi pareja parecía que nos íbamos a la guerra. Un día de perros malo malísimos pero ideal para darse el gusto en ese maravilloso SPA.

Llegada a la parada de metro de Etxebarri, y dispuestas a disfrutar del merecido descanso del guerrero, dejo que G se aventure a pasar una mañana con su chiquitina, esto viene bien para futuras actividades lúdicas.

De aventura por la gran ciudad: Guada y yo nos ponemos al día de nuestras cosas, la alegría ilumina nuestro rostro con sólo pensar lo relajadas que saldremos en dos horas, llegamos con los quince minutos de adelanto que exige el centro y ¡ ala ! a despelotarse. Ataviadas con el albornoz , chancletas y un gorro de lo más sexy, bajamos a las instalaciones y tras una escueta explicación de en que consiste el circuito, nos adentramos en la zona de vapor.

Baño turco, varias saunas: húmeda , menos húmeda y seca, combinándolo con una ducha bitérmica, ahí ya fue la leche intentando no gritar por el contraste de agua fría y caliente; pero que delicia y que rápido se pasa el tiempo cuando se está tan agustito.

Llegó la zona termal: Piscina termal con Jets de presión. Es una piscina grande dividida en varias zonas con chorros para todas las partes de nuestro cansado cuerpo; abdomen, glúteos, piernas, cervicales etc... como podréis imaginar el sumum del placer. En total media hora para repartir.

Jacuzzi alternado con una pileta de agua fría para los más atrevidos y sin problemas de corazón, ahí la valiente fue Guada salió como alma que lleva el diablo al jacuzzi, donde enseguida cogió buen calor corporal y para las cobardes como yo el pediluvio que también son chorros de agua fría pero de tobillo para abajo.

Y la merecida zona relax. A mi particularmente me gusta mucho porque sales con el cuerpo cansado de tanto chorro, para tumbarte en una cama de piedra termal, allí con los ojitos cerrados dejando volar la imaginación para encontrarte en cualquier sitio donde estés más relajada durante cinco minutos.

Colofón del circuito la zona de Té: donde mi amigi y yo nos tomamos una infusión acompañada de una conversación, seguida de una ducha y acicalaje para proseguir con lo que quedaba del día.

G nos recogió en la salida de metro de Sarriko, por casi me da; porque según él la peque se comía los nudillos del hambre que tenía. Llegamos a ARTEA centro comercial de la margen derecha , para deleitarnos con un bocata, refresco y patatas y el pedazo de postre que Guada y yo compartimos: una rica tarta de chocolate, G un helado de los suyos y la chiqui a mirar, por cierto se devoró el puré como una campeona.

Recorrido por la galería, merienda a la princesa y de retorno, pasando por Amore. Que no sabemos si será nuestro nuevo pueblo de residencia, tiene su encanto se ve monte hay bidegorris para dar largos paseos, pero el mayor motivo es que la casa se nos ha quedado pequeña y allí son más baratas que Durango. En fin vuelta a empezar.

Un día para recordar y en muy buena compañía, ahora cada vez que pienso, lo saboreo como si hubiera sido ayer recordando cada momento, exprimiendo cada pensamiento y es que hay que disfrutar cada segundo, cada momento , sabor, aroma, compañía. Quién sabe si no será el último, sólo me queda decir CARPE DIEM.

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