" En toda relación humana existe el potencial de conflicto,
y en las relaciones más cercanas o íntimas esto parece aumentar
por la proximidad y frecuencia de las interacciones.
En otras palabras, no hay relaciones humanas libres del potencial
de conflictos, ni siquiera en las relaciones de amor por decirlo
de esa manera. "
Cada uno de nosotros somos un mundo y trasladamos nuestras peculiaridades al ámbito de la relación de pareja: a unos les gusta mandar pero otros tienen un perfil más sumiso o conformista, unos prefieren decidir y otros que decidan por ellos, a unos les encanta dar y darse al otro mientras que otros parecen haber nacido sólo para recibir de los demás, unos necesitan más cariño y a otros les abruman las emociones a flor de piel.
No hay una fórmula que garantiza el éxito de la vida en pareja. Cada uno de nosotros y en conjunto se rige por unas reglas que sirven para mantener viva la relación mientras dura; en si una armonía.
Una de las claves es compartir, pero compartirse no significa sólo intercambiar cosas, favores o deberes. Compartirse es darse, mostrarse involucrado, ofrecer abiertamente la vulnerabilidad de cada uno en la seguridad de ser entendido, aceptado y querido.
Una pareja debe tener un equilibrio, tenemos que desterrar los silencios con significado negativo, los enfados y los rencores acumulados. En su lugar hablemos. El consenso y los acuerdos. Ante la discrepancia de opiniones.
" Hoy por ti, mañana por mi ", porque ante todo somos amigos..., con derecho a roce.
El buen ambiente es esencial, ante las crisis, mantenerse unidos, fortalece la relación. Abandonemos la caza de brujas: de quien ha sido el culpable, somos dos, así que esto significa que habrá parte de ambos.
Permitir que fluya la comunicación.
Vivir en pareja no debería significar una actitud de dar sin límites y no esperar nada a cambio. Generan desequilibrios que, antes o después, terminan pasando factura.
En la pareja al igual que en toda relación, hay que dar y recibir. Hoy yo , mañana tú. Vasos comunicantes que se ladean en un sentido u otro y cuyo fin es mantener la estabilidad. Las desigualdades pueden dar lugar a situaciones de dominio que a largo plazo generan insatisfacción al menos en una de las dos partes.
Es importantísimo conocernos el uno al otro.
Saber lo que le gusta a cada uno. Mantenernos informados del momento que vivimos, porque no siempre sentimos, ni queremos, ni vivimos lo mismo: nuestra vida es una sucesión de etapas. Somos distintos pero también compartimos cosas. A todos nos gusta que nos respeten, que nos quieran, que cuenten con nuestra opinión, que nos valoren como personas en todas nuestras dimensiones : como trabajadores, como hijos, como padres, como amantes, como amigos...
" Se hace camino al andar ". La pareja se hace cuando cada día sentimos que vamos juntos en el mismo camino, comunicándonos desde el cuerpo y la palabra y compartiéndonos de forma incondicional. Establezcamos nuestro código propio, basado en la comunicación, la confianza, el respeto, la ternura y el placer.